los miserables de la ciudad
somos como moscas encandiladas
por lamparitas de colores.
una ventana
sólo una ventana te aleja
de tocar a dios.
y cuánto mejor
si
llueve
y cuánto mejor
si es la ventana del bondi.
niéguenme el milagro:
ese puto aparatito
te trae a lou reed
para cantarte al oído.
muy pocas veces alcanzamos
mejores niveles de felicidad.
así de miserables somos
los yonkies de la
luz.