lunes, 29 de noviembre de 2010

papel film al teléfono

no hay barrera
más grande
que la piel
dijiste en ese dialecto
jipi que remil garpa
en situaciones así

sonreí. ya estaba
jugada, me di cuenta
porque siempre
me pasa lo mismo:
trato de evitar que se note
que no sé de qué está hablando.

vos seguís hablando, claro
porque yo te miro embobada
y te sentís hermoso y tenés razón
pero yo no entiendo nada más
que tu olor
¿será el porro? no sé
quiero que te calles, jipi

lo besé. genial. porque
me besó. groso, vamos bien.
y la cagó. habló de nuevo.

¿eliminemos la barrera?
lo cursi te lo perdono porque
mi deseo de saltarte encima
es intenso pero
lo que no puedo tolerar
es que sigas hablando
creyéndote hermoso
¿y si lo tomara literal?
¿tendríamos que descuartizarnos?
¿eh?

para mí no hay barrera más
grande que el lenguaje.

hiciste silencio
uno de verdad
me dio miedo
¿no nos besamos más, no?

eso le dije.
y que me llamara un remis.


sábado, 20 de noviembre de 2010

diálogos con mi madre

-Lo cierto es que el sexo era sólo un ejercicio muscular y de validación intelectual. Una suerte de aguante religioso. Y estaba muy bien; porque la imagen estética de una cama desarmada, las frazadas por el piso y el colchón desnudo es lo suficientemente erótica para desear ser protagonista de ese evento. Y motor fundamental para que le chupe la pija.

-En fin, ¿venís a comer un asado?

-no como carne

domingo, 14 de noviembre de 2010

Chejov

"(...) Tío Vania dice que por mis venas corre sangre de sirena. "Abandónese por una vez en su vida"... Y bien, tal vez deba hacerlo... volar libre como un pájaro; lejos de todos ustedes, de sus caras somnolientas y sus conversaciones; olvidar, incluso, que existen ¡todos ustedes!... pero soy demasiado cobarde, tímida... mi conciencia me atormentaría hasta enloquecer.(...)"















Fragmento de un monólogo de Helena. Tío Vania. Antón Chejov (1860-1904).

miércoles, 10 de noviembre de 2010

salvo el silencio

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estos versos son mentira
como todo lo que escribo
puesto que lo escribo
y es mentira.
la literatura entera
es una mentira
blanca, auxiliar.
un enano de jardín
un árbol de navidad
un cajón con postales y
detalles agónicos
detalles
que construyen la única
verdad:
sangramos la mentira
como héroes
felices del desacierto
de ser cómplices
de nuestra propia ruina.
ya
nada podrá salvarnos
de los símbolos.







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